Cada vez más personas somos conscientes de nuestras grandes dificultades para conectar y expresar las emociones. Vivimos en un mundo en el que se penalizan las expresiones emocionales (–€œya está, no llores–€, –€œsi no ha sido nada, no te pongas así–€, –€œno grites que molesta–€ –€¦). Nos educaron así, descontando la emoción y no permitiéndonos su expresión. Así que muchas personas solo mostramos nuestras emociones cuando estamos desbordadas, o cuando estamos en un espacio muy protegido, por el miedo a sentirnos vulnerables y quedar expuestas.

Esta semana en consulta con varias pacientes hemos hablado de la vulnerabilidad y de las diferentes maneras que tenemos de protegernos de ella: Algunas personas se defienden de la vulnerabilidad con la desconexión emocional, tratando de no sentir, poniendo barreras a todas las emociones desagradables. Otras nos enfadamos, nos culpamos, nos avergonzamos de nosotros mismos cuando estamos mal y entonces nos exigimos estar bien y así nos culpamos o nos avergonzamos por no estar bien. ¿Te suena?

Pero la Vulnerabilidad es sana y nos permite conectar con nosotros mismos y con los demás. Un lugar seguro para empezar a conectar con tu vulnerabilidad puede ser la consulta de tu terapeuta, en la que, cuando aparezca una emoción, la identifiques y empieces a expresarla, recibirás mensajes del tipo –€œinténtalo a ver qué pasa, yo te apoyo–€ y así puedas explorar y aprender de tu expresión emocional.

Me encanta la foto que acompaña a esta entrada al blog, es el regalo de una clienta magnífica y que mejor para este post, que una bola de cristal rellena de pequeñas plantitas, la viva imagen de la vulnerabilidad.

MUCHISIMAS GRACIAS FAMILIA.

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