El jueves pasado finalizamos el Curso de Mindfulness y gestión de estrés que iniciamos en Posture en febrero.
Han sido 8 semanas de trabajo. Si, de trabajo, porque cada una de los participantes ha dedicado su tiempo y esfuerzo a realizar cambios. Hemos trabajado la gestión del estrés partiendo del conocimiento de uno mismo, desde la aceptación de la actual gestión emocional del estrés, conociendo nuestros principales estresores y nuestras estrategias de afrontamiento habituales, analizando si son adaptativas o no y planificando cambios a corto plazo. Hemos practicado el parar, procurando no reaccionar si no responder. Y esto que parece fácil aquí escrito, en el día a día y con la carga emocional que supone, resulta mucho más complicado.
Han practicado en un entorno seguro, entrenado su atención durante 8 semanas y poco a poco han ido trasladando a su día a día los aprendizajes, como por ejemplo en una reunión complicada, en una labor comercial que se estaba enquistando, en la relación con sus hijos y parejas…
Tras el curso, todos los asistentes tienen y saben utilizar las herramientas necesarias para no quedarse enredados en sus pensamientos, en ese cuentacuentos que hay en nuestra cabeza y que no cesa.
Acabamos la última sesión definiendo Mindfulness como un “despertar” y recordando la importancia del autocuidado, de la conexión con uno mismo, sabiendo que este camino sólo ha comenzado.
Gracias de corazón a todos los participantes, Elena, Ainhoa, Cristina, Gartze, Iratze, Helen, Ohiana y Ernesto, por este trayecto en el camino que hemos compartido, por implicaros en vuestro desarrollo personal y por permitirme crecer en vuestra compañía.
Este curso es súper recomendable para cualquier persona. Me ha ayudado a saber parar, identificar los elementos que me generan estrés para poder gestionar estas situaciones desde otro prisma y, en general, a vivir con mayor conciencia mi día a día, sin tener el piloto automático puesto. Y Berta ha sido una compañera maravillosa en este curso, mil gracias por abrirme esta puerta
Mil gracias a ti Ainhoa.
Este curso ha sido el motor para abordar diferentes complicaciones emocionales, que no era ni consciente de que ahí estaban. Y es que, de eso ha tratado todo, de aprender a ser más conscientes, más contemplativos y de cambiar hábitos diarios, que sin darme cuenta, me producían tanto estrés. Ha sido un camino bonito, de darme cuenta de muchísimas cosas y de sentir el gran apoyo y el gran acompañamiento que me ha dado Berta. Estoy muy agradecida, porque mi vida ha cambiado, y ha sido gracias a ella y a este maravilloso curso que todo el mundo debería de hacer.
Mil gracias Cris, un abrazo.
Estas semanas me han ayudado a parar y reflexionar sobre cómo funciono, aprender herramientas útiles para el día a día y vivir con más conciencia. Pero sobre todo me han servido para tener claro que quiero integrar el yoga y la meditación en mi vida, algo que tenía pendiente. Gracias a Berta por acompañarnos tan bien y a todos por lo compartido.
Muchísimas gracias Elena, cuidate.
La verdad que ha merecido la pena hacer el curso, y mucho. Observarme, ser consciente de mí misma, de mi entorno, del momento. No es fácil, requiere tesón, pero con Berta como guía todo ha sido natural. Su energía, su capacidad para escuchar, cariño y, sobre todo, su sonrisa infinita… Además nos brindó la oportunidad de hacer una práctica intensiva que desató nudos y abrió ventanas. Gracias!
No puedo estar más agradecida Helen. Un abrazo enorme.