Hoy quiero hablaros sobre la culpa, la tan presente culpa en las madres. Creo que casi todas levantaríamos la mano si nos preguntarán ¿Te has sentido culpable en algún momento desde que eres madre?
Me gustaría primeramente decir que “todas las emociones” son necesarias y tienen su “para que” también la culpa. Algunas son más agradables y otras no lo son tanto y parece que la culpa la vivimos con mucho malestar. Este malestar creo que también está influido por que la culpa es considerada como una emoción infantil y parece que tenemos que madurar para no sentir culpa, cuando seas más responsable pasará la culpa…y que va, la culpa nos acompaña toda la vida.
Por ejemplo, una madre que tiene a su bebe quiere estar muy presente en su crianza, pero también desea hacer planes de los que hacía antes de ser madre, que no dependen de tener que cuidar a un bebe. Son dos deseos muy fuertes que no se conciliarán nunca, no desaparece uno para que viva el otro. Así que esta madre deberá buscar la manera de gestionar ambos impulsos, para poder vivir con esa tensión. Solo el simple hecho de reconocer esos dos deseos o impulsos, es mucho más sano que creer que para lograr el bienestar debe desaparecer uno de ellos. Si creemos que hay una sola manera de ser madres, nos condenamos a la rigidez y la culpa, en cambio reconocer las dos partes, los dos deseos y el conflicto que generan, nos permitirá buscar maneras de flexibilizar la experiencia emocional.
Animo madres, es bueno que contemples que sentirte culpable es parte del proceso.
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