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Esta semana he escrito un post en redes diciendo que he sido un “yonki del estrés” y ha sorprendido mucho. Porque además lo digo con todo el respeto del mundo, ya que todavía a veces tengo que luchar con esa adicción desde el respeto y la aceptación. Muchos de los que estáis leyendo este artículo, es posible que también seáis o hayáis sido “yonkis del estrés”. ¿eres consciente de ello?

No cabe duda del subidón que te producen la adrenalina y la noradrenalina segregadas en situaciones de estrés, para ciertas personas, entre las cuales me incluyo,  resulta muy agradable hasta adictivo. Es como un viaje en una montaña rusa y eso engancha. También es conocido y está científicamente probado, que ver la situación estresante como un reto, ayuda a afrontarlo.

Yo he sido una “yonki del estrés”, a la que le encantaban los retos, las situaciones de estrés, las auditorias, los exámenes… Realmente que te gusten los retos y las situaciones de estrés, no creo que sea un problema, si eres una persona resiliente,  con capacidad de adaptación al estrés y si te permites momentos de descanso y de recargar pilas.

En mi opinión el problema suele venir cuando los momentos en los que no hay estrés, ves tu vida vacía, como si te faltara algo y te pasas el tiempo buscando más y más retos. Tu vida se convierte en un maratón de estrés, cuando nuestro cuerpo está diseñado para vivir los momentos de estrés como si fuera un sprin y no como un maratón. Nos convertimos en personas que se pasan la vida planificando, que pensamos que vamos a hacer esta semana, que vamos a hacer el mes que viene, las vacaciones que vienen…

¿Y qué pasa con el momento presente?

¿Cómo te sientes tu, en los momentos en los que no hay estrés?

¿Y en los momentos en los que no tienes que hacer nada? ¿Los llenas con tareas?

¿Puedes parar a ver que te dice tu cuerpo?

Te traslado estas preguntas sencillas y si te ayudan a conocerte mejor y conocer tu relación con el estrés, esa era mi intención.

Os deseo una buena semana.

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