Muchas veces me preguntáis porque valoro tanto el mindfulness en la maternidad, lo hago porque a mí me ayuda en la mía. Podría destacar muchos aspectos, pero estos son los fundamentales en mi experiencia :
 
Me ayuda a entender la maternidad como un PROCESO. Habitualmente nos encontramos pensando: cuando duerma bien, cuando camine, cuando coma como nosotros… y centrarme solo en la meta me lleva a la ansiedad y el estrés. Así que intento centrarme en el proceso de aprendizaje, que supone la maternidad para mis hijas, pero también para mí.
 
Me ayuda a SIMPLIFICAR. El mindfulness es una filosofía que aboga, porque “cuando no sepas que hacer siéntate y observa”. Normalmente en nuestra sociedad tendemos a hacer, hacer, hacer…esta práctica simplifica. Cuántas mujeres en consulta me dicen “es que no sé cómo jugar con mi hija”, no hace falta saber, solo estar y dejarse guiar por tu peque.
 
Me ayuda a SOLTAR. En mi caso soltar la necesidad de control y las expectativas generadas con respecto a la maternidad. Como ya os he comentado otras veces el control y la maternidad no pueden ir de la mano y las expectativas a veces nos acompañan de una manera incomoda, el practicar mindfulness me ayuda definitivamente a soltar.
 
Me ayuda a conectar con mis RECURSOS INTERNOS para responder de una manera más eficaz a situaciones que pudieran causarme malestar o incomodidad. Recursos internos que ni yo sabía que tenía, pero que están y la autobservación te los pone enfrente.
 
No quiero decir que el mindfulness sea la panacea, pero si ayuda, por lo menos a mi y a muchas otras mujeres con las que trabajo. Necesitas sobre todo práctica y un profesional que te guie al principio.
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