No creo que sea una casualidad que la mayor parte de las personas que acuden a hacer terapia conmigo sean mujeres y la mayoría del ámbito de la educación (profesoras), cuidado de personas o sanitarias (enfermeras, médicas, matronas…). Me parece muy significativo. Lo he estado pensando estos días y creo que he encontrado el porqué.

Las profesionales que trabajamos en estos ámbitos, trabajamos con personas. Más concretamente con personas con sus conflictos emocionales, por lo que somos más vulnerables al conflicto emocional del otro, pero también al nuestro propio. Los traumas no resueltos pueden ser activados por la situación de las personas a las que acompañamos. Y quienes trabajan con colectivos más vulnerables, como peques, ancianas, embarazadas, las personas enfermas… están más expuestas.

Por otro lado, a estas profesionales (profesoras y sanitarias en general) en muchos casos se les ha pedido que trabajen con las emociones de las personas que acompañan. Cuántas maestras me han dicho “me han dado este material emocional y me han pedido que lo trabaje con los niños/as en clase, me siento tan perdida…”. Y con los peques y con los vulnerables, no es suficiente hablar de emociones, con lo que pasan a trabajarlas sin haberse trabajado las suyas propias. Necesitan pasar de hablar de sus emociones a trabajarlas. Ese trabajo que hacemos en consulta implica volver a conectar con sus cuerpos, con sus sentidos, por debajo de sus mentes, lejos de las teorías del hablar, hablar y hablar…y más cerca de tener experiencias emocionales, para resolver los conflictos que pudiera haber. Para luego de una manera más segura poder trabajarlas con los peques.

Tenemos un trabajo precioso, aprendamos a cuidarnos para poder cuidar. Gracias a todos estos colectivos que nos ayudan a vivir, a crecer, a aprender, a aceptar…GRACIAS DE CORAZÓN. Si necesitas que te acompañe, aquí me tienes.

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